Cuando Rina Campaín empezó a hablar de un hombre, que no era su esposo Fernando Casanova, su voz bajó de tono, titubeó y sus ojos verdes se inundaron de lágrimas. Luego se quedó en silencio, un silencio que entristece, que aflige: ella recordaba a su papá muerto.
Solo en ese momento redujo la modulación de su voz, durante el resto de la entrevista habló rápido, alto y aplomado. Parece no cansarle hablar tanto. Y habla y no deja de hablar, le hace honor a su profesión de periodista. También escucha y lo hace con mucha atención.
Hoy no ejerce la profesión que obtuvo en 2007, aunque recuerda aquel día, en Guayaquil, cuando siendo estudiante de Comunicación Social fue a entrevistar a un grupo de antisociales que se encomendaban a una Virgen antes de ir a delinquir. “Fue una gran experiencia, desde esa época la gente ya decía que estaba desempleada”.
En la actualidad dedica más tiempo a la cría del camarón de piscina, sabe tanto del tema que por momentos se luce mientras detalla el proceso a seguir antes de ‘cosechar’ el producto con el que ha lidiado desde hace más 29 años, cuando su papá putativo Alberto Jiménez Buendía, la llevó al campo teniendo 5 años de edad. (MGQ)
¿Allá, en la camaronera familiar está el momento más feliz de su vida?
El momento más feliz de mi vida, sin duda, es el nacimiento de mi primer hijo Gabriel (13 años). Es un instante único que no se olvida, es maravilloso dar la vida a un nuevo ser. Ahora soy mamá de tres: Ney, de 5, y Nicolás de 4 años; ahora me siento más feliz.
En contraste al recuerdo de su papá (+) hablar de sus hijos la ilumina…
Lo de mi papá ocurrió cuando tenía 18 años y estaba en Estados Unidos aprendiendo inglés para empezar las clases regulares. Perder a un ser querido y no poder regresar de donde estás es lo más duro que a alguien le puede pasar, desde ese día me dije: estar lejos de la familia… no más.
La familia es lo más importante. Con mis hijos juego, voy a la playa y los llevo a la camaronera para que entiendan la importancia del trabajo, no permito que mi rutina diaria me quite tiempo junto a ellos. (Se seca sus lágrimas y continúa)
¿Lo de sus hijos es antes o después de ingresar a la política?
Siempre. Además, me recuerda a mi niñez, cuando con los retazos que le pedía a la costurera de mi abuela confeccionada los vestidos para mis muñecas. Me creía una diseñadora. También vestía a las muñecas de mis amigas que vivían cerca al río Esmeraldas, por el sector de ‘Doña Mencha’, en Esmeraldas. Crecí allá.
¿Además de viajar a EE.UU lo hizo a otro país?
En 2004, por un seminario de Comunicación fui a La Habana, Cuba. Me di cuenta que la educación en Cuba es buenísima, pero la forma de vida es pésima. Ese fue mi primer golpe que recibí del socialismo. Fue la primera vez que dije no quiero un país así.
¿Y el otro golpe?
Acá en el Ecuador. Cuando veo la injustica, la pobreza extrema de ciertos esmeraldeños, eso me llena de mucha rabia y hasta lloro. En este momento no habla la mujer relacionada con la política, habla Rina Campaín, la mujer nacida en Esmeraldas aunque físicamente no parezca.
De llegar a legislar, ¿cuál es su agenda?
Los asambleístas no generamos fuentes de trabajo, pero con la aprobación y creación de una Zona Franca para Esmeraldas y Manabí, que enviará el futuro presidente de la República, Guillermo Lasso, se tendrá el millón de empleo ofrecido, la normativa permitirá que Esmeraldas realmente sea una ciudad puerto.
¿Y después, recuerde que son 4 años en el cargo?
Antes de ser aceptado como candidato en el Consejo Nacional Electoral (CNE) se presenta un plan de trabajo. Con ese legislaré, pero empezaré proponiendo la Ley que motive y fomente el emprendimiento; propondré la Ley que mejore el turismo y proteja el medioambiente.
¿Qué no propondría?
No lo propondría, insisto. Pero en la Asamblea hay que examinar lo positivo o negativo de una ley antes de aprobarla. Se debe pensar en lo que realmente desea la sociedad y no imponer el criterio personal. Todos tienen derecho a decidir con quién estar, sin olvidar los principios y valores.
Respeto la vida desde su concepción, dentro de mi religión católica no está permitido, pero hay casos especiales, una mujer violada, por ejemplo, ella tiene la decisión de tener o no a su bebé, de pronto con una ley a favor del aborto se podría evitar las muertes que ocurren clandestinamente. Reitero, ambas leyes las analizaría. La pena de muerte no.
También se fiscaliza…
Se va fiscalizar todo. A los de la administración pública que están haciendo las cosas mal, a los que no hacen la obra. Y aunque Correa (presidente del Ecuador) no esté cuando asuma el cargo, él tendrá que venir a rendirle cuentas al país, es imposible que no sepa las cosas malas que se estaban haciendo. Él maneja el país y tiene que saber qué pasa, o alguien de los que están cerca, para eso la fiscalización.
¿Con lo expuesto se siente ganadora?
El respaldo de la gente en cada recorrido que hago en mi hermosa Esmeraldas es maravilloso, me dicen que ya no quieren más de lo mismo, que desean un cambio y para eso estamos.
¿Y si no gana?
Sí ganaré…
“Se va a fiscalizar todo, Correa tendrá que venir a rendirle cuentas al país”.
“Propondré en la Asamblea Nacional eliminar 14 impuestos, entre ellos el anticipo del Impuesto a la Renta”.
